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5 trucos para conseguir el mejor cheesecake

El cheesecake es uno de los postres más consumidos en todo el mundo. Popularizado en Nueva York, es un clásico de nuestros hogares y restaurantes, que conoce diferentes recetas.

Dicen que los primeros cheesecakes se cocinaron en la Antigua Grecia. O sea, que la palabra “clásico” le va a esta tarta como anillo al dedo.

Trucos para un chessecake perfecto

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En realidad, nunca han pasado de moda, pero ahora son tendencia. ¿Quieres aprender la mejor forma de preparar este postre?  Un cheesecake de sabor intenso, textura compacta por fuera y cremosa por dentro, requiere aprender una serie de trucos para que salga perfecto.  

Descubre algunas de las variaciones más apetecibles para esta tarta de queso con Dina Alsina, asesora técnica creativa en Ken-Foods, y su curso online Cheesecakes. Te presenta 5 recetas con técnicas fáciles, con las que conseguirás resultados espectaculares: tarta Patterson, tarta japonesa “chizu cheesecake” estilo soufflé, cheesecake sin horno tarta gelée de Ronda, aire de cheesecake estilo mousse y tarta del caserío. No te pierdas el mejor curso para aprender todos los tips, trucos y secretos que requiere el mejor cheesecake.

De momento te dejamos con esta lección gratuita para aprender a preparar una deliciosa Tarta Patterson:

5 trucos que debes tener en cuenta para conseguir un cheesecake perfecto

1. Procura que la base quede fina

El ingrediente principal indiscutible de esta tarta es el queso. Evita robarle protagonismo, procurando complementar sabores y texturas y no eclipsarlos.

La base de un cheesecake debe ser fina, uniforme, crujiente y consistente. Por ello, hay que recordar allanarla bien, presionando con el dorso de la cuchara sobre la base del molde.

Se elabora con galletas molidas y mantequilla. Su función es proporcionar un soporte que acoja al resto de ingredientes y que contraste con el queso crema.

Lo ideal sería utilizar para la base unas galletas caseras, aunque pueden utilizarse otras posibilidades.

Un truco antes de poner el relleno es cocinarla previamente unos 10 minutos a 160 grados con calor arriba y abajo. Solo un toque de cocción, no completa. De esta forma, la base no queda húmeda, no se mueve y resulta más segura y compacta para recibir el relleno.

2. Utiliza ingredientes a temperatura ambiente para que no queden grumos

El truco está en mezclar todos los ingredientes y a la misma temperatura. Huevos y queso crema deben estar a temperatura ambiente. Si unos están muy fríos y los otros a temperatura ambiente, te vas a arriesgar a la aparición de este efecto más bien molesto. Así pues, procura sacar un rato antes los ingredientes que estén en el frigorífico.

Si utilizas el queso frío, hay partes que pueden quedar apelmazadas. Pueden quedan grumos de queso en la base que no se van a deshacer con el calor del horno. Por eso has de procurar batir el queso también a temperatura ambiente.


3. Mezcla con suavidad, sin batir


Debes evitar que la mezcla coja aire. Basta con mezclar con mimo hasta conseguir una mezcla homogénea, no hace falta utilizar batidora eléctrica. Es preferible usar una manual. Si gastas la eléctrica evita las de aspas y hazlo mejor con las de tipo pala. Pero, en cualquier caso, ponla a la menor velocidad.

4. Recuerda añadir los huevos al final


Bate el queso crema y el azúcar hasta obtener una mezcla suave. Después, y no antes, es cuando puedes agregar los huevos y batir todo el conjunto hasta que se mezcle. Procura no pasarte para no incorporar más cantidad de aire a la masa.

El problema es que, si la mezcla coge aire en exceso, subirá mucho en el horno, el aire ascenderá a la superficie, se expanderá y se contraerá durante el horneado y al enfriarse.  Si esto sucede, nuestro cheesecake se apelmazará y tenderá a agrietarse.


5. Sorprende con la cobertura


Si quieres darle un toque distinto a tu cheesecake y, de paso, cubrirlo con una capa de protección para que no se quede seco al ponerlo a enfriar, etc., una excelente opción son las mermeladas y compotas con frutas de temporada. La clásica de siempre para el cheesecake es la mermelada de arándanos. Otras alternativas pueden ser cremas chantilly, dulce de leche, crema ganache de chocolate…

Y si lo prefieres tal cual, sin nada que lo cubra, también está delicioso, no necesita más.

A la hora de servir, sacar un ratito antes para atemperar y que gane cremosidad.  ¡Y a disfrutarlo!

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