Una alimentación equilibrada y hacer ejercicio son las bases para mantenernos saludables y con energía. Y, por supuesto, beber mucha agua. Es la responsable de una buena hidratación y del correcto funcionamiento del organismo: regula la temperatura del cuerpo, elimina toxinas y transporta los nutrientes y minerales esenciales, haciendo que todos los órganos funcionen correctamente.
Los expertos recomiendan que una persona adulta debe beber alrededor de dos litros al día; de esos dos litros, el 20 o el 30 % proviene de alimentos, y el resto del consumo directo de bebidas. Así que, sí, es indiscutible que el agua es fundamental para encontrarnos bien.
En este artículo partimos de la importancia de la hidratación y de desarrollar unos hábitos de vida sanos. ¡Pero no solo de agua vive el hombre! A continuación veremos qué debemos evitar a toda costa y qué otras bebidas con un alto contenido en agua y saludables podemos incluir en nuestra dieta o en nuestra carta.
Aquello que debemos evitar o reducir
- Alcohol: hablamos de todo tipo de bebidas alcohólicas, pero en especial debemos revisar el consumo de vino y de cerveza, por ser de las más asentadas y frecuentes en el día a día. Las bebidas con alcohol no aportan los nutrientes necesarios al organismo, además, contienen un elevado número de calorías.
- Azúcares añadidos: en una alimentación equilibrada los azúcares simples no deberían suponer más del 10% del aporte de energía. En este grupo a evitar se incluyen los zumos procesados así como los refrescos; en el caso de estos últimos, una sola lata contiene aproximadamente siete cucharaditas de azúcar, lo que es excesivo para una única ingesta.
- Cafeína: tomar café con moderación entra dentro de una dieta saludable e incluso es recomendado. Pero debemos evitar el exceso, sobre todo en bebidas energéticas, ya que su consumo elevado está relacionado con problemas de hipertensión y cardiovasculares.
- Gas: las bebidas con gas añadido no solo no nos aportarán ningún tipo de nutriente, si no que causarán problemas en nuestro sistema digestivo, siendo responsables de los gases y la desagradable sensación de hinchazón.
Opciones sanas y nutritivas
- Leche: su consumo está muy extendido por ser una fuente importante de calcio y vitamina D. Si te preocupa el alto contenido en grasa puedes optar por leches desnatadas o semidesnatadas. Una alternativa son las bebidas vegetales (avena, almendras, arroz…), aptas para personas con intolerancias a la lactosa.
- Zumos de verduras y fruta: una buena opción siempre que sean naturales, así evitamos los conservantes y azúcares añadidos. Nos aportan muchos nutrientes y minerales además de mantenernos hidratados, con la ventaja de que podemos hacer múltiples combinaciones para no caer en la rutina.
- Batidos: una buena elección, ya que al triturar directamente las piezas de fruta o verdura mantenemos muchas de las propiedades que en el zumo se pierden si descartamos la pulpa. Se pueden hacer con leche (en su defecto, con bebida vegetal) u optar por hacer la mezcla con agua (los conocidos como smoothies).
- Infusiones: una manera de consumir agua sin darte cuenta, a lo que le sumamos todos los beneficios y propiedades naturales de las hierbas o frutos que utilicemos para su elaboración.
- Agua de coco: una bebida que se está volviendo popular muy rápido. Su consumo tiene muchos beneficios, ya que, además de su alto contenido en minerales, no contiene calorías, mejora la digestión y ayuda a regular el colesterol y la presión arterial.
Y agua también, ¡claro!
Eso sí, no olvides que todas estas opciones son saludables siempre y cuando su consumo se combine y complemente con el agua… ¡que es la base de todo!
Si quieres seguir aprendiendo, qué mejor que hacerlo de la mano de una experta como Meritxell Falgueras. Como parte de los estudios de barista a distancia que ofrece Scoolinary, encontrarás su Curso de Bebidas sin alcohol: un mundo por catar y descubrir, donde explica en profundidad todas las opciones que hay en una barra cuando de bebidas estamos hablando.