Será por sus suaves texturas y su dulce gusto, son dos de los postres con más arraigo en España y con mayor popularidad en cualquier franja de edad. Hoy vamos a hablar del flan y del pudin.
Son de esos dulces que conocemos desde nuestros primeros años en casa y reuniones familiares, y si en ese momento nos gustan, siempre volvemos a ellos cada cierto tiempo.
El flan es una preparación hecha a base de leche, huevos y azúcar que se pone en moldes caramelizados y se cocina en el horno al baño María. El pudin es la mezcla de pan -normalmente pan viejo que se aprovecha- con leche, huevos y otros ingredientes como pasas o frutas, y que también se cocina en un molde al baño María.
Son platos similares que, aunque tienen un sabor parecido, poseen distinto origen.
Flan y pudin: dónde surgieron
Te lo contamos hace un tiempo en otro post, el flan es una mezcla que viene de los fenicios, griegos y romanos. “En la época de los romanos era un postre emblemático, se hacía gracias a la leche. No siempre era leche de vaca, podía ser de diferentes animales a los que podían acceder, y también diferentes variedades de huevos, de oca o de pato”, explica Joanna Artieda, postrera y profesora del curso El Mundo del Flan: Técnicas y Postres, de Scoolinary.
En sus clases explica que al principio se endulzaba con miel, que era lo que empleaban los romanos, y con el paso de los siglos se cambió por azúcar.
En cuanto al pudin habría que comenzar por definir a qué nos referimos. En este caso estamos hablando del dulce, pero en realidad, para los ingleses, el pudin, pudín o budín puede ser tanto un postre como un plato salado que se come como principal.
Y como ya supondrás por la mención que hemos hecho, es un postre de origen inglés. Surgió en el siglo XVII como forma de aprovechar los restos de pan entre la gente con menos recursos, y con el paso del tiempo su consumo fue extendiéndose a toda la población.
Diferencia entre el flan y el pudin
Son más las semejanzas que las diferencias entre los dos postres. Ambos se preparan con leche, huevos y azúcar, pero la variante que los determina es la inclusión del pan como ingrediente en el pudin.
Muchos prefieren aprovechar bollos viejos que estén duros, como las ensaimadas mallorquinas o los cruasanes; incluso hay quien lo hace con bizcochos de soletilla. Ya esto es cuestión de gustos de quien cocina.
Lo cierto es que con frecuencia confunden ambos postres y al pudin dulce lo consideran una variante del flan. No obstante, con el paso del tiempo, ambos han tenido múltiples variaciones en sus recetas con diferentes ingredientes.
El pudin dulce puede hacerse con distintas variantes, añadírsele manzana, turrón, café o chocolate. Incluso existen flanes hechos con flores como las rosas, con tubérculos con inspiración asiática, y uno de los tipos más populares que tiene el flan tradicional: el quesillo venezolano.
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