Todos sabemos que montar un negocio de hostelería no es cosa fácil (y menos con la que está cayendo). A muchos emprendedores del sector que cuentan con una fuerte experiencia en cocina o en sala se les atraganta la parte de gestión. Y con toda la lógica, porque son muchas cosas a tener en cuenta, y si vienen de un mundo al que somos totalmente ajenos…
La financiación de tu bar o restaurante es un asunto central en el que tenemos que meternos a fondo por la cuenta que nos trae (nunca mejor dicho). ¿Cuánto dinero hace falta para poner en marcha el proyecto? ¿Y para mantenerlo en funcionamiento? ¿Te bastan tus propios recursos, o necesitas inversión externa? ¿Bancos, socios, otros?
En este texto queremos darte una visión de conjunto acerca de los aspectos fundamentales que tendrás que tener en mente a la hora de tomar tus decisiones. Vay por delante que esto depende enormemente del plan de negocio que tengas en mente. Suponiendo que lo tengas, vamos con las nociones básicas sobre financiación.
El punto de partida del plan financiero
Las preguntas que planteábamos más arriba son el punto de partida de cualquier plan financiero digno de tal nombre. Además, no olvidemos lo esencial: cuánto dinero va a producir el negocio y en cuanto tiempo se recupera la inversión; puede sonar a cuento de la lechera, pero es básico para poder planificar los detalles del plan y de la financiación.
El objetivo es poder ver de manera fundamentada en números si tus ideas son económicamente viables, así como las dificultades que encontrarás y los puntos fuertes en los que podrás apoyarte. Para comenzar, has de elaborar presupuestos para cada área del restaurante y hacer un análisis de los costes iniciales.
Además, este estudio te permitirá mostrar tu plan a inversores potenciales: ¿cuánto, cuándo y cómo va a poder ganar dinero el inversor?
¿Quién pone el dinero?
Sabiendo cuánto dinero hace falta llega la pregunta del millón. Hay dos grandes alternativas, claro: que lo pongas tú o que lo ponga otro. Vamos a detallar la idea:
- Financiación propia: la empresa utiliza sus propios recursos, que pueden proceder de beneficios anteriores, de aportaciones de los socios (ahorros) o de la venta de algún bien.
- Financiación externa: los recursos proceden de fuera de la empresa. Puede ser que vengan de instituciones bancarias en forma de crédito o de administraciones públicas en forma de subvención, y hay más fuentes (como el crowdlending).
Lo más habitual es contar con una mezcla de ambas financiaciones. En el primer caso la gran decisión es si contaremos con socios; en el segundo se trata de saber quiénes pueden prestarnos el dinero y bajo qué condiciones.
Financiación propia
Este sería el plan ideal, al no depender económicamente de nadie sino de ti mismo (y de tus socios, si los tienes), evitando así intereses y plazos de devolución. Además, tendrás más solvencia y capacidad de decisión. Estos recursos constituyen el llamado “pasivo no exigible”: se devuelve si se puede… No afecta a la cuenta de resultados, sí al reparto de beneficios.
Es hora de hablar de los socios… Pueden participar activamente en el negocio (socios emprendedores) o ser lo que llamamos socios capitalistas, aportando capital a cambio de beneficios. Pueden ser un fondo de capital o un montón de pequeños inversores, a lo crowndfunding.
Si a nivel particular no llegáis, podéis pedírselo a la Administración como subvenciones a fondo perdido. Consúltalo en tu Comunidad Autónoma o en la cámara de comercio más cercana.
Financiación externa
Y ahora toca hablar de bancos (o de otras entidades similares), que, como cualquier empresa, están ahí para ganar dinero. Este recurso es considerado pasivo exigible, o sea, que hay que devolverlo (principal e intereses) normalmente en cuotas. Así que el tipo de interés y el importe de las cuotas es esencial.
Antes de acudir a tu entidad de cabecera (y a la competencia, por supuesto) debes tener claros detalles como qué activos quieres financiar, y que normalmente será a largo plazo: local, reformas, maquinaria y equipamiento…
Y no olvides nunca la alternativa del crédito público, como los famosos ICO, con mejores condiciones generales que las de cualquier institución privada.
Una cuestión de equilibrio
La pregunta de oro: entonces, ¿mejor recursos propios o ajenos? La respuesta de oro: un poco de cada.
Y ahora, la pregunta de plata: ¿en qué proporción? Pues depende de cada caso, pero se suele recomendar que el emprendedor (tú y tus socios) aporte un 40 % de la financiación necesaria, y que el resto, el 60 %, corra por cuenta de inversores ajenos (el banco).
Para informarte a fondo en este sentido no podemos dejar de recomendarte las clases de gestión en hostelería profesional que encontrarás en el Curso del Plan Económico-Financiero para tu Bar o Restaurante que imparte Vicente Fortea. Aquí encontrarás desde nociones básicas como qué es un KPI (lección gratuita) hasta valiosas las plantillas que te salvarán la vida más de una vez.