Este clásico imperecedero de la gastronomía europea se elabora en la cuajada del queso curada en salmuera. Normalmente, se utiliza leche de oveja para su preparación.
¿Sabías que uno de los pasajes de La Odisea de Homero ya describe cómo se elabora este queso?
Traducido literalmente del griego significa “queso blanco”. Es característica su textura blanda y agrietada pero consistente, sin corteza. Su sabor es muy peculiar: salado y con un ligero punto picante y agrio.
Es un estandarte de la dieta mediterránea y uno de los ingredientes imprescindibles de la ensalada griega y de las spanakotiropitas (tortas típicas griegas de feta y espinacas). Cada vez está presente en más recetas y se extiende por más territorios.
Sin duda, una de las causas que ha provocado su auge en los últimos años son sus características saludables. Sin olvidarnos de la versatilidad que ofrece en cocina.
¿Cuáles son las virtudes saludables del queso feta que lo hacen tan popular hoy en día?
Como sabes bien, la comida healthy está de moda. Cada vez son más las personas que apuestan por un estilo de vida sano y equilibrado con un cuidado especial en su alimentación.
Por ello, el queso feta encaja perfectamente dentro de los alimentos saludables que prevalecen en esta tendencia, por varios motivos:
- Es un queso totalmente natural, sin conservantes más allá de la salmuera en la que se cura.
- Es un queso bajo en grasas y calorías, si lo comparamos con otros tipos de quesos.
- Tiene un índice de proteínas bastante alto.
- Bajo en carbohidratos.
- Bajo contenido en azúcar.
- Contiene probióticos, que protegen el sistema inmunológico y cuidan la flora intestinal. Concretamente, el queso feta contiene Lactobacillus plantarum, que representa aproximadamente el 48% de sus bacterias, y se encarga de esas dos funciones.
- Rico en antioxidantes y minerales. Fuente de sodio, calcio, fósforo, selenio, magnesio y hierro.
- Aporta vitaminas, como la vitamina B6, B12 riboflavina, niacina, vitamina K, ácido fólico y ácido pantoténico.
- Contiene ácidos grasos (CLA, ácido linoleico conjugado), que ayuda a rebajar grasas y aumentar masa corporal magra.
- Eficaz en la prevención de anemias, beneficioso para el sistema óseo por su alto contenido en calcio, fósforo y proteínas; para prevenir enfermedades oculares, etc.
Además, da mucho juego en la cocina
Aparte de las maravillosas ensaladas griegas, el queso feta se utiliza con ingrediente de pasteles y empanadillas, pizzas y tartaletas. Además, puede consumirse en tortillas, a la parrilla, en tostas… ¡como tú prefieras!
Una de las recetas más virales de los últimos tiempos ha sido la de Pasta con queso feta al horno y tomates cherry. Muy fácil y rápida de preparar.
Otras recetas que triunfan en redes sociales y hacen las delicias de todos los comensales son:
- los pimientos rellenos de queso feta,
- las berenjenas aliñadas con aceite de oliva y queso feta,
- los buñuelos de calabacín y queso feta,
- el brócoli al horno con feta, tomates cherry y limón.
También combina a la perfección con unas verduras mediterráneas asadas.
Otra forma de consumo deliciosa es como aperitivo, aromatizado en aceite.
Si nos metemos en el terreno de las ensaladas, su influjo es casi inabarcable. Encontramos feta con fresas y rúcula, con sandía y menta, con aguacate, con tomates cherry y lechuga, con un cuscús, mezclado con otras frutas y frutos secos, etc.
Como postre también se disfruta aderezado con miel.
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Esta receta se suele preparar con queso bryndza, un queso muy popular en los Balcanes, Polonia, Rusia, Eslovaquia y Ucrania, entre otros países. Se elabora con leche de oveja y puede sustituirse perfectamente por queso feta, ya que tienen un sabor similar.