Los comemos naturales, tostados o fritos; los vemos en algunos guisos tradicionales o en otros más exóticos como los de la cocina asiática. Los frutos secos son tan variados que ofrecen diversidad de sabores para casi cualquier paladar.
Beneficios de los frutos secos
De Asia, Sudamérica y Europa, los distintos frutos secos tienen variados orígenes y cada vez ganan mayor popularidad por sus beneficios nutricionales:
- Son ricos en ácidos grasos omega 3, que aumentan el colesterol bueno y ayudan en procesos desinflamatorios.
- Los frutos secos son los alimentos con mayor fibra después de los cereales integrales, lo que favorece el movimiento intestinal.
- Contienen vitaminas B y E, además de fósforo, potasio, cobre y hierro.
- Contienen ácido fólico, que disminuye el riesgo de padecer arterioesclerosis.
- Son una fuente rica en calcio, lo que fortalece tus huesos y previene la osteoporosis.
- Contienen fitoestrógenos, que ayudan en los procesos del climaterio (premenopausia, menopausia y posmenopausia).
- Como snack para picar entre horas son lo mejor, comes sano y sacias tu estómago en vez de consumir azúcares o alimentos grasos dañinos. Un puñado de 50 gramos diarios contienen, como ves, múltiples ventajas y no engordan; eso sí, debes comerlos naturales o tostados.
Salsas con frutos secos
Lo anterior son suficientes razones para animarte a consumir frutos secos en las variedades que más te gusten. Una manera de hacerlo, además de emplearlos como merienda, es incorporarlos en tus comidas.
Existen, por ejemplo, salsas en las que participan los frutos secos y que le darán un toque diferente a tus platos. En este post te vamos a enumerar algunas y a sugerirte cómo aprender a hacerlas:
Pesto de cacahuete y tomate seco
El pesto es una de las salsas italianas más conocidas y populares. Su delicioso sabor es común en pastas, pero también puedes emplearlo en ensaladas o carpaccios vegetales. La versión tradicional lleva piñones, aunque también puedes hacerlo con cacahuetes o pistachos y darle un toque diferente.
Emulsión de nueces
Una emulsión es una mezcla de líquidos, en este caso, aceite, vino y agua para elaborar esta salsa con textura de mayonesa que lleva nueces, aceite de oliva, vino, harina de arroz y agua. En un plato de verduras queda ideal y les da un gusto distinto.
Meunière de miso y almendras
La salsa meunière es de origen francés y se hace normalmente con mantequilla y limón. En este caso se le añaden almendras y miso que le darán un toque interesante. Irá genial con un pescado como el lenguado o el rodaballo.
Estas son tres salsas distintas, aunque también puedes emplear los frutos secos en otras más conocidas y con mayor tradición como la salsa pepitoria, a base de almendras; o la salsa romesco, con almendras y avellanas.
En el curso Cocina salada y dulce con frutos secos, de Scoolinary, Lorena Hidalgo y Josep Armenteros te enseñan distintas preparaciones con frutos secos, entre ellas las salsas mencionadas, en unas preparaciones con las que obtendrás un menú de alta cocina hecho en casa de forma sencilla.