El boom de la cocina asiática en Occidente ha hecho que conozcamos productos y recetas que hasta hace una generación no existían en nuestras opciones gastronómicas. Ahora platos como el sushi, el ramen y las gyozas incluso forman parte de las cartas de establecimientos que no son de cocina asiática.
En este sentido, los mochis están siguiendo el mismo camino. Cada vez se popularizan más, sobre todo entre el público más joven que los consume con frecuencia.
Qué es un mochi
Para hablar de los mochis tenemos que empezar por explicar qué son. Un mochi es un pastelito de origen japonés, de apariencia blanca y muy suave, hecho con pasta de arroz glutinoso que en su elaboración se golpea una y otra vez hasta conseguir la consistencia chiclosa que lo caracteriza.
Por lo general se presenta relleno, dulce o salado, aunque también se puede comer solo. Su cocción tradicional es al vapor pero ya muchos lo elaboran con el microondas puesto que se consigue una textura casi igual y está listo en mucho menos tiempo.
El nombre correcto del mochi relleno en realidad es daifuku mochi, tal y como explica Ken Ochiai Martí, pastelero especializado en cocina nipona y profesor de Scoolinary. La palabra mochi señala a la masa, y daifuku mochi engloba el pastel relleno.
“El mochi nunca fue un producto muy glamuroso, era un postre que sobre todo se hacía en casa. Las familias en Japón constaban de abuelos, hijos y nietos, entonces la elaboración se hacía entre toda la familia. Sobre todo para fin de año”, explica Ochiai.
En los últimos años, el mochi se ha vuelto muy popular en nuestro país en sus versiones dulces. Por su tamaño reducido y fácil de comer, su curiosa textura suave y glutinosa y los diferentes rellenos que se han ido adaptando a nuestro paladar, hacen que sea una opción deliciosa.
Tipos de relleno del daifuku mochi
Como ya dijimos, un daifuku mochi se compone de pasta de arroz y de un relleno. La pasta se hace con harina de arroz glutinoso (es elemental que sea de este tipo para conseguir la textura característica), agua, azúcar granulado y almidón de maíz.
En cuanto al relleno, este puede variar dependiendo de la estación del año, cuenta el pastelero, que ha estado 25 años en Japón aprendiendo todas sus tradiciones culinarias. Estos son algunos:
Anko
Es el más tradicional. El anko es una pasta de judías rojas dulces que también se llama azuki y que se consigue cocinando las judías en almíbar. En algunas versiones las judías están más enteras y en otras más trituradas hasta formar una pasta homogénea, ya depende del gusto de quien la prepare.
Shiroan
Es la versión de la pasta hecha con judías blancas.
Frutas
Trozos de frutas como fresa, melón o kiwi que pueden combinarse con anko o shiroan para el relleno. En estos casos la forma del mochi queda de acuerdo a la forma del trozo de fruta.
Té matcha
Una opción bastante demandada. Se prepara una pasta con el polvo de té matcha, un tipo de té diferente a los más comunes en los que se infusionan las hojas. En el caso del matcha, se trata de hojas de té verde que son finamente molidas hasta producir un polvo que se disuelve en agua o leche y tiene un sabor muy característico.
Mousses o helados
De los más solicitados aquí en Occidente. A la hora de hacerlos se debe proceder rápidamente ya que, para hacer mochis, lo ideal es tener la pasta de arroz caliente a fin de manejarla mejor, y al ser los rellenos fríos se deben trabajar con agilidad para que no pierdan textura.
Como ves, este dulce también constituye un postre vegano, perfecto para grupos en donde hay personas que no consumen carne.
Si te apetece prepararlos, en microondas es mucho más sencillo el proceso y es la receta que explica Ken Ochiai. En el curso de Scoolinary Pastelería japonesa, él te enseña a preparar los mejores postres de Japón de una forma sencilla y amena.
