Pocas cosas tan sencillas, en principio, como triturar unos garbanzos, aliñarlos y poner un poco de pan al lado… Y sin embargo, no consigues que te quede como aquel que probaste en Marrakech o el que hace tu vecina Fátima. Pues bienvenido al club.
Dejando aparte que de viaje todo sabe distinto y que los sabores se aprenden desde la infancia, el del hummus es el típico ejemplo de que lo más simple es lo más difícil de hacer. Por eso, aprovechando que hoy es el Día Internacional del Hummus, te damos la receta del hummus que siempre quisiste comer y nunca supiste preparar.
Lo primero, los trucos
La diferencia entre un hummus que ni fu ni fa y un hummus que se te va el tayín a Medellín está en esos pequeños trucos…
- Ingredientes de calidad. Suena a tópico, pero búscate un garbanzo bueno, de piel fina y que no sea harinoso (pedrosillano, por ejemplo). También es esencial en este caso el AOVE que utilicemos.
- La cocción de los garbanzos, más que de cualquier otra legumbre, tiene su aquel. No lo pases por alto.
- Otra cosa. Tú, cuando vas a hacer un cocido, ¿cueces los garbanzos viudos? Pues eso. Sin ánimo de ofender al garbanzo de bote, si en la cocción incorporas (por ejemplo) puerro, zanahoria y laurel la cosa solo puede ir a mejor.
- La textura final, si bien va en gustos, no tiene por qué ser demasiado fina (y nunca demasiado líquida); un triturado más rústico no le hace mal.
- Y ya que estamos, si te estás currando el hummus, no falles con el pan. Si puede ser, hazte con pan árabe, jubz o pita; el resultado final lo agradecerá.
Ingredientes
El hummus suele servirse como entrante para compartir, pero diríamos que esta es una buena cantidad para 4 personas:
- 500 g de garbanzos
- 40-50 g de tahina
- ½ ajo (o a gusto)
- 5-6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Zumo de medio limón
- 1 taza del agua de cocción de los garbanzos
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- sal
- cilantro y comino (opcional)
Preparación
La segunda vez que lo prepares podrás hacerlo con los ojos cerrados. La primera, sigue estos sencillísimos pasos:
- Cuece los garbanzos y reserva una taza del caldo de cocción para, en caso necesario, aligerar. Escurre y deja enfriar.
- Tritura los garbanzos con un pasapurés o con una batidora. Incorpora la tahina, el ajo, el aceite y el zumo de limón de manera progresiva, probando de vez en cuando para encontrar el equilibrio entre amargor, pungencia y acidez.
- Puede que necesites agregar un poco del agua de la cocción de los garbanzos para aligerar la mezcla. Rectifica de sal si es necesario.
- Presenta con un chorrito de AOVE y el pimentón dulce espolvoreado por encima. Opcionalmente puedes añadir cilantro picado o comino molido.
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