Quizás te suceda lo mismo: escuchas el nombre crema pastelera y te remontas a tu niñez, a momentos dulces, a la boca y la punta de la nariz embarradas de la mezcla untuosa color amarillo claro… a distintos pastelitos rellenos con esta combinación de leche, huevos, vainilla y maicena.
La crema pastelera está presente a lo largo de nuestras historias vitales porque existe desde hace mucho. No está claro el origen, pero sí que fue en Francia durante el siglo XVII, que luego se fue asentando en el país vecino hasta extenderse por todo el mundo y que se emplea en numerosos postres que seguro conocerás y te gusta comer si estás leyendo este post: éclairs, profiteroles, canutillos, milhojas, tartas y pare de contar.
El pastelero Jonathan Mougel, por ejemplo, emplea la base de la crema pastelera para crear otras como la muselina o el chiboust en los postres que enseña a preparar en el curso Clásicos de la pastelería francesa:
Su preparación es sencilla, pero es muy importante observar ciertos pasos para que quede perfecta y tu paladar la reconozca como el dulce que siempre has tomado. Aquí te damos una serie de consejos que no puedes olvidar a la hora de preparar crema pastelera.
Cómo conseguir una crema pastelera perfecta
- A la hora de batir las yemas de huevo con el azúcar emplea unas varillas o una batidora eléctrica. Debes obtener una textura espesa pero manejable.
- Cuando añadas la maicena, sigue mezclando, esto es muy importante para evitar grumos y asegurar una buena consistencia. Algunas personas disuelven primero la harina en leche templada. Sea como sea que lo hagas, si al final aún notas grumos, puedes colar el líquido con un colador fino.
- Otro truco útil en cuanto a la maicena: tamízala antes de añadirla al huevo, esto le dará una consistencia más suave a la mezcla.
- Abre la vaina de vainilla que emplees y sácale las semillas para que aromatice mejor la leche.
- Cuando añadas la vainilla a la leche, bien sea en vaina o en esencia (si es en esencia cuida que sea de muy buena calidad), mezcla muy bien para que esta última perfume la preparación de manera uniforme.
- Cuando la leche empiece a hervir, retira del fuego y agrega la mezcla de las yemas de huevo poco a poco. Esto es muy importante, si lo haces de golpe corres el riesgo de que se formen grumos al acelerar el cuajado.
- Cuando ya esté lista la crema y la pases al bol de cristal, cúbrela con papel film, hazlo de tal modo que toque la superficie de la crema para evitar la formación de una costra en la superficie.
- Déjala reposar para que se atempere y luego refrigera.
- Espera a que esté bien fría para emplearla en tus postres, y consérvala en el lugar con más baja temperatura de la nevera.
- Si empleas tu preparación en distintas ocasiones, antes de usarla bátela un poco con las varillas ya que en la nevera se espesa más y así recuperas su untuosidad. De igual forma, sácala un rato antes para que se atempere.
- Si la crema te ha quedado más blanca por los huevos y te gusta con su color amarillo claro, puedes añadirle un par de hebras de azafrán a la hora de calentar la leche.
Como ves, hacer una buena crema pastelera es cuestión de paciencia y batido constante para obtener la textura adecuada. La receta original está aromatizada con vainilla, pero puedes elaborarla también con un toque a limón, naranja, chocolate o café.
Aprende a hacer la mejor crema pastelera y después empléala en postres deliciosos como los que puedes preparar junto a Jonathan Mougel en el curso que te nombramos Clásicos de la pastelería francesa, o también en estos sobre Éclairs, Tartas irresistibles o Pastelería en miniatura.
