El “momento postre” puede ser la ocasión para lucirnos en una cena, celebración, fiesta o cualquier tipo de evento… Y sí, también la ocasión para liarla parda. Si tienes en mente preparar un surtido de minipostres para eventos varios, ya sea tipo BBC o tipo cena informal entre amigos o familiares, has de pensar qué quieres hacer, cómo vas a hacerlo… ¡y cuántas veces!
Este planteamiento estratégico previo a entrar en faena es algo a lo que se enfrenta cualquier repostero profesional en algún momento. Y hemos pensado que quién mejor que Hans Ovando para darte siete videorrecetas de repostería online paso a paso en su Curso de Pastelería Individual. Verás qué ideas más… ¡para comérselas!
Los parámetros: variedad, cantidad y tamaño
Lo primero será tomar un montón de decisiones estratégicas. ¿De cuántas personas estamos hablando? ¿Raciones individuales o de bocado, a lo finger food? ¿Servidos en bandeja, en plato, en vaso? ¿Salen todos a la vez o progresivamente? ¿Es un evento de interior o de exterior, sentados o de pie, hará frío o calor…?
Sí, muchas cosas. Pero si hay una regla de oro en los minipostres para eventos, es la siguiente: hoy no es el momento de complicarse. Queremos decir que el objetivo no es hacer lo más complejo y sofisticado del universo, sino algo que domines bien y sobre todo que esté bueno. Así, mejor una mesa de postres clásicos y racionados (flanes individuales, arroz con leche en vaso, porciones de tarta de la abuela…) que una mesa de nosesabequéesestoyencimanoestámuybueno.
Por lo tanto, partimos de tres cuestiones esenciales:
- Variedad: es lo más importante (al fin y al cabo hablamos de una mesa de postres), así que tiene que haber un poquito de todo. Luego profundizamos.
- Cantidad: sabrás cuántos comensales tienes, ¿no? Según cuántos postres quieres ofertar y cuántos estimas por persona, echa cuentas.
- Tamaño: valora si prefieres ofrecer “raciones” o “tapas”; ha de ir acorde con el estilo del evento, pero ten en cuenta las dificultades.
Ah, otra cosa importante: es necesario estar al loro con el tema de alergias e intolerancias. Como es difícil, aunque podamos, sepamos y queramos, hacer una carta 100 % inclusiva, debemos tener siempre alguna alternativa; en repostería lo habitual es algo sin gluten, algo sin lácteos, algo sin los alérgenos habituales, etc.
Ejemplo de carta de minipostres para eventos
¿Te acuerdas que íbamos a profundizar en la variedad? Lo más importante al plantearnos una mesa de minipostres es el equilibrio en la propuesta. O sea, presentar una mesa en la que juguemos con sabores, texturas, temperaturas, presentaciones…
La mejor manera de ver esto es con un ejemplo:
- Lo suyo es empezar con un postre de fruta fresca, aprovechando la acidez para salir del mundo salado. Por ejemplo, una macedonia; o un trampantojo.
- El postre lácteo tiene que estar; puede ser una cheesecake de este tipo en formato individual.
- Lo mismo pasa con un postre de masa (bizcocho, hojaldre, choux, sablé, y tantas otras…). ¿Qué tal una tartaleta de crema y frutos secos?
- Chocolate. Cómo no. Aún no se sabe de ningún bizcocho o mousse que no hayan triunfado. Las figuras no son elecciones fáciles, mejor tres texturas…
- Para aportar un elemento amargo el café es el recurso por excelencia, con caramelo para compensar o en versión más “adulta” con un licor.
- Para los muy golosos, puedes ofrecer una golosina a partir de fruta procesada; las pâtes de fruits son lo más socorrido.
Los trucos de los profesionales
Por último, un top 5 de consejos que siempre viene bien tener presentes en estos casos de minipostres para eventos:
- ¡El contraste es nuestro aliado! Si en una elaboración lo importante es una crema, en la siguiente apuesta por un crujiente.
- El montaje y la presentación debe estar pensados para facilitar el flujo de trabajo.
- Elaborar en grande y luego racionar es un buen recurso, pero has de trabajar con limpieza y regularidad.
- Realiza con antelación todas las elaboraciones posibles; nada de acabados en mesa y cosas así…
- ¡Ojo con las temperaturas de servicio! No te compliques la vida con helados y suflés.
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