Si alguna vez has horneado cinnamon rolls y te han quedado densos, apelmazados o poco aireados, no estás solo. La clave está en la masa: su hidratación, fermentación, amasado, y algunos detalles que marcan la diferencia.
En este artículo te mostraremos 5 trucos esenciales para lograr la masa perfecta de cinnamon rolls, y al final, un curso curso de cinnamon rolls online que te enseña cada paso de forma clara, con recetas, vídeos y soporte.
1. Elige la harina adecuada
No todas las harinas funcionan igual. Para que la masa tenga estructura pero sea suave, busca una harina con un contenido moderado de proteína (10–11 %).
Un truco es mezclar harina “fuerte” con harina floja para conseguir el balance ideal.
Y recuerda: tamiza siempre la harina para que absorba mejor los líquidos.
2. Ajusta la hidratación de la masa
Una masa seca quedará pesada; una demasiado húmeda puede deformarse.
Lo ideal es trabajar con una hidratación del 60–65 % (por cada 100 g de harina, 60–65 g de líquido).
Puedes enriquecer la masa con leche o nata para un extra de suavidad.
3. Amasa lo justo (sin pasarte)
No hace falta amasar durante horas. Basta con un amasado moderado hasta que la masa esté elástica.
Evita que se caliente demasiado en el proceso. Si notas que se calienta, deja reposar unos minutos.
El método de “estirar y plegar” ayuda a desarrollar gluten sin sobrecargar la masa.
4. Controla la fermentación en dos etapas
- Primera fermentación: deja la masa hasta que doble su tamaño a unos 25-27 °C.
- Segunda fermentación: una vez formados los rollos, deja que leven de nuevo antes de hornear.
Si hace mucho calor, refrigera la masa para que no se fermente en exceso.
5. Cuida el enrollado y el corte
- Estira la masa con grosor uniforme (1 cm aprox.).
- Extiende el relleno de mantequilla, canela y azúcar hasta casi el borde.
- Al enrollar, coloca la costura hacia abajo.
- Corta con hilo dental o un cuchillo bien afilado para que queden rollos perfectos.
Bonus: reposo en frío
Antes de hornear, deja reposar los rollos ya formados unos 10–15 minutos en la nevera.
Esto ayuda a que mantengan su forma y no se expandan demasiado durante la cocción.
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