Las semillas son un tesoro en todas sus versiones, y entre ellas los frutos secos tienen un lugar especial en nuestro corazón (y en nuestra memoria culinaria). Y podemos sacarles más partido todavía si las convertimos en bebidas. Sí, las famosas leches vegetales, pero centrándonos exclusivamente en las de frutos secos. ¿Cuáles has probado? ¿Cuáles te quedan por probar?
Hoy en día (Día de las leches) las bebidas vegetales están al orden del día en casi cualquier casa (el siguiente horizonte son las bebidas fermentadas), y pueden usarse en distintas elaboraciones, pero solemos comprarlas y normalmente desconocemos el principio de la activación de las semillas.
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El fundamento tras las leches vegetales
Leche es leche, y yogur es yogur; pero nos vais a perdonar si a lo largo de este texto damos esos nombres a bebidas y bebidas fermentadas vegetales, por aquello de la analogía de blanco y en botella (y por no repetirnos mucho). ¿Pero qué es realmente una leche vegetal?
Las bebidas vegetales no son sino un triturado muy diluido de productos vegetales, en general semillas, cereales o frutos secos. Con frecuencia puede incorporar otros ingredientes, que pueden ser saborizantes, en especial endulzantes, o texturizantes (y más en bebidas industriales, alterando considerablemente sus aportes nutricionales).
El éxito de las bebidas vegetales reside por supuesto en su agradable sabor; pero también, como pasa con las cremas, en el impacto nutricional positivo que tiene en nuestra dieta, al incorporar grandes cantidades de nutrientes y otros elementos (como fibra) y, si sustituye la leche, evitar la lactosa.
Prácticamente cualquier fruto seco es susceptible de convertirse en bebida, pero no todos se comportan igual ni tienen las mismas cualidades. A continuación os proponemos unos cuantos frutos secos y os contamos qué tienen de bueno y cómo procesarlos para obtener bebidas vegetales caseras de primera.
Almendra
Cercana, asequible y rica en proteína, fibra y tocoferol, la almendra es un buen punto de partida. Como va a ocurrir con todas las bebidas vegetales que hagamos, ten en cuenta qué quieres hacer con ella para calcular las proporciones y la concentración; pero 1 a 4 puede estar bien. Se suele filtrar (¡no tires nunca el bagazo!); conviene sazonarla con una pizca de sal.
Coco
El coco (sí, se puede considerar un fruto seco) es un pionero y toda una institución en cuanto a la extracción de jugos se refiere que aporta muchas grasas, fibra y potasio. Recomendamos coco fresco, pero las escamas o el coco rallado pueden ser un buen sustituto (hidrátalo antes para reducir los tiempos de triturado). Truco: una parte del agua debe ser caliente.
Avellana
Si la almendra es la reina, la avellana es la princesa. Este fruto seco tan aromático se convierte en bebida triturándola en una proporción similar a la almendra, pero durante un periodo de tiempo menor (aproximadamente medio minuto, dependiendo de la cantidad). Aquí, más que nunca, conserva el bagazo para elaboraciones reposteras y plantéate endulzarla.
Anacardo
El cajú destaca entre los frutos secos por sus altas tasas de carbohidratos. Además, presenta propiedades peculiares cuando se procesa para convertirlo en una bebida. Para empezar, la proporción fruto seco/agua es menor (el doble de agua que en la almendra y similares). No necesitaremos colar la mezcla porque el anacardo se disuelve totalmente; además, genera un mucilago con una textura muy agradable.
Nuez de Brasil
El fruto de Bertholletia excelsa (también llamada castaña de Pará), como sus primas la nuez de pecán y la nuez de macadamia, tiene un alto contenido calórico y es rica en fibras y grasas, pero en su caso tiene más minerales y tocoferoles. Estas “nueces” necesitan menos agua (proporción 1 a 2), y el bagazo es muy adecuado para enriquecer masas.
Castaña
Ni es tan seco como los “verdaderos” frutos secos, ni tiene las mismas características (es riquísima en carbohidratos, pobrísima en proteínas y grasas), pero también da una bebida muy agradable. Es tu ventana hacia otros horizontes como el concepto de malteado. Agradece un endulzante y una pizca de sal.
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