La sociedad se encuentra inmersa en un cambio de mentalidad influido por la ecología y la sostenibilidad. Su objetivo final no es otro que conseguir un mundo mejor que puedan heredar las próximas generaciones.
El sector de la restauración no es ajeno a esta sensibilidad creciente. Por eso, cada vez más iniciativas se suman a esta corriente y se presentan ante su clientela como restaurantes ecológicos.
Lejos de ser una moda pasajera, las opciones ecológicas y sostenibles han llegado para quedarse en el mundo de la hostelería. Hay que tener en cuenta que la sociedad está cada vez más concienciada con estos temas.
De esta forma, el restaurante puede establecer un vínculo con sus clientes, que valoran la conexión de la marca con sus ideales y su forma de ver el mundo. Es un hecho que los restaurantes ecológicos son opciones en boga para los comensales.
11 medidas indispensables para ser un restaurante 100% ecológico
Para ser un restaurante 100% ecológico, existen una serie de requisitos:
Un huerto cercano al restaurante
Algunos restaurantes pueden permitírselo y no dudan en distinguirse de la competencia de esta forma. Cultivar sus propias frutas, verduras, hortaliza, etc. de forma sostenible es una tendencia al alza. La experiencia de comer en un establecimiento que incluye este detalle, a buen seguro, no lo pasan por alto sus comensales. Si hay muchas dificultades para disponer de huerto propio, se puede acreditar la compra de alimentos ecológicos a agricultores y granjas locales. También es posible utilizar una alternativa combinada entre ambas opciones.
Servir agua filtrada
Prescindir de pasos que encarecen, como el transporte, y minimizar la gestión de residuos es otra de las opciones clave de un restaurante ecológico, que opta por procesos de depuración del agua mediante filtros. De esta forma se reduce el impacto medioambiental, el residuo tóxico y se potencia el diseño propio del restaurante para sus botellas de vidrio reutilizables.
Servir carne, pescado y marisco sostenibles
Combatir la sobreexplotación marina, primar todo aquel alimento que se ha obtenido y servido por proveedores que trabajan con el máximo respeto al medioambiente y que haya sido criado en condiciones naturales y humanitarias: animales alimentados con pasto natural, etc.
Elaboración de compost
Con filosofía de la reducción, el reciclaje y la reutilización (la regla de las 3 R), las sobras y desperdicios de cocina y consumo se utilizan para crear compost que abone el huerto propio.
Uso de productos biodegradables
Cada vez son más los restaurantes que utilizan platos, vasos, bandejas y resto de piezas de vajilla biodegradables. Existen opciones de fabricación íntegra con cáscara de arroz, así como con hojas de árboles prensadas, de palmera, de caña de azúcar, etc., que no generan ningún tipo de residuo.
Servir vino de barril
Ya son muchos los restaurantes que sirven el vino directamente de la barrica en lugar de ofrecer vino embotellado. De esta forma se ahorran costes de envío y envasado. Es también una forma de abaratar precios. Un barril de 20 litros de vino equivale a 30 botellas de vidrio, no necesita tanto espacio para su almacenaje y ahorra en reciclaje de corchos, etiquetas, cajas, etc. Por todos estos motivos resulta una opción mucho más ecológica.
Reciclar el aceite de cocinar
Un restaurante 100% ecológico debe aprovecharlo todo, practicar el residuo cero. Por ello, en el caso del aceite, cuando ya no sirve para freír se filtra y se le da una segunda vida. Se puede fabricar jabón para los baños, velas, biocombustible, pinturas, etc.
Apostar por productos caseros
Primar la producción casera, elaborado en el propio entorno más directo del restaurante, frente a los alimentos procesados es otro de los rasgos que definen a un restaurante ecológico. Amasado y horneado del pan, elaboración de dulces y mermeladas, postres… son solo algunas posibilidades.
Kilómetro cero
Practicar una cocina de cercanía o de proximidad. Se refiere a la compra de productos cercanos, autóctonos, de manera que se apoya la producción local de alimentos y se evita o reduce el gasto y la huella ecológica del transporte, así como de su conservación. Además, el producto conserva intacto su sabor original y sus propiedades nutricionales.
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Utilizar productos de limpieza naturales y ecológicos
Realiza la limpieza con productos naturales. Limón, bicarbonato y vinagre son productos de limpieza clásicos que ya utilizaban nuestras bisabuelas y son una excelente alternativa a los productos tóxicos. En el mercado existen productos industriales de limpieza ecológicos certificados por organismos oficiales, que no causan daño al ser humano ni al medioambiente.
Ahorrar energía
Con diferentes medidas como revisar la iluminación y optar por soluciones de bajo consumo, tener electrodomésticos con certificado ecológico, evitar el consumo excesivo de agua y dejar grifos abiertos, poner el lavavajillas solo cuando esté lleno, etc.
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