¿Por qué triunfa este modelo de cultivo de la agricultura urbana? Las razones son bastante claras: por un lado, abaratan la cesta de la compra; por otro, está la búsqueda de una alimentación más natural y ecológica que cada vez comparten más personas.
A pesar del problema del espacio para cultivar que plantean las ciudades, la imaginación permite convertir un balcón o una terraza en un espacio para cultivar de lo más funcional. A continuación, te damos algunas claves para montar tu propio huerto en casa.
¿Qué se entiende por huerto urbano?
Se trata de espacios al aire libre o ubicados en interiores que se utilizan para el cultivo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas, etc. Por lo general, su objetivo es el consumo doméstico.
Existen diferentes tipos de huertos urbanos: desde los que se construyen en un balcón, un patio o una azotea hasta los huertos comunitarios, gestionados por asociaciones de diferentes tipos o centros educacionales, etc.
7 recomendaciones para construir tu propio huerto urbano
- Emplazamiento: el lugar que escojas para tu huerto urbano debe ser fresco recibir luz natural y directa durante bastantes horas al día. Sin sol no puede haber huerto.
- Recipientes: debes escoger aquellos que puedan acoger el mayor volumen de sustrato. Aparte de las macetas, puedes usar mesas de cultivo, jardineras, jardines verticales, etc.
- Sustratos orgánicos: utiliza sustratos orgánicos que sean ligeros, porosos y capaces de retener los nutrientes básicos.
- Riego: es importante que adaptes la forma de regar a las dimensiones que tenga tu huerto. Si es pequeño, es recomendable hacerlo a mano, mientras que si es más grande es preferible utilizar riego por goteo con programador.
- Profundidad de plantado: ten en cuenta que las semillas normales deben enterrarse a una profundidad aproximada de entre 2 y 3 veces su diámetro. Las que son más pequeñas se mezclan con arena.
- Momento para trasplantar: cuando la planta supere la altura del recipiente y le hayan brotado varias hojas.
- Consejo para principiantes: si no tienes apenas experiencia, es mejor comenzar con cultivo de plantones. Más adelante será el momento de comenzar con las semillas.
- Plantillas: existen en el mercado plantillas ideales para aquellas personas que quieran iniciarse en este mundo, que no tienen experiencia o espacio suficiente. Estas alfombras de tamaño reducido vienen equipadas con agujeros que especifican las especies a plantar y también otras indicaciones para que los cultivos vayan adelante. Incluso llevan integrado un sistema de riego por goteo.
¿Qué puedes plantar en casa?
Para responder a esta pregunta hay que considerar dos variables importantes: tiempo y espacio.
Las plantas necesitan tiempo y dedicación. Por ejemplo, en las épocas más calurosas las hortalizas necesitan riego diario.
En cuanto al espacio, muchas especies necesitan luz solar directa y suficiente espacio para dejar crecer sus raíces. Un huerto en casa depende también de la imaginación con la que sepamos acondicionar cada hueco.
Un aspecto que hay que tener muy presente es el marco de plantación. Se refiere al espacio libre que debe quedar entre las plantas y suele venir indicado en las semillas o planteles.
Por ejemplo, coles, melones o alcachofas implican marcos de plantación amplios (de 2 metros en el caso de las alcachofas), por lo que, en principio, no son especies que puedan cultivarse en casa.
Pero las solanáceas (tomates, berenjenas, pimientos…) o las cucurbitáceas (pepino, calabacín…) no superan el medio metro de marco de plantación, por lo que resultan más aptas para el cultivo casero que tiene limitado su espacio. Por ejemplo, en azoteas y balcones.
En este sentido, las más sencillas de plantar en casa son las plantas aromáticas, ya que casi no requieren marco de plantación.
Además, hemos de tener en cuenta la temporada. Por ejemplo, si quieres plantar habas o guisantes debes hacerlo en invierno.
Qué beneficios tiene un huerto urbano
- Promueve unos hábitos alimenticios más saludables y sostenibles, y por extensión un estilo de vida más sano.
- Ahorro de dinero. Los costes de producción en un pequeño huerto urbano son muy inferiores al precio de venta al público.
- Proporciona la satisfacción de consumir productos cultivados con nuestras propias manos.
- Ayuda a reconciliarnos con la naturaleza, a respetarla y a entender mejor sus necesidades, tiempos y procesos.
- Es más ecológico, reduce la huella de carbono al evitar transportes, etc.
- Fomenta las zonas verdes en la ciudad.
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