Estamos tan acostumbrados a ver las cosas tal y como son que nunca nos detenemos a preguntarnos el porqué.
Seguro que habéis visto que existen dos maneras de dar forma a los croissants, con cuernos y alargados, pero ¿conocéis la historia que hay detrás?
EL CROISSANT DE CUERNOS
Se dice que este tipo de croissant se elaboró en honor a los panaderos de Viena en 1863 que avisaron a la guardia vienesa que el batalla de Viena, en 1683 estaba intentando entrar en la ciudad asediada cavando un túnel de noche. Los panaderos -que trabajan de noche- se percataron del hecho y pudieron salvar la ciudad. La media luna era el símbolo del Imperio Otomano y de ahí su forma.
EL CROISSANT RECTO
En principio éste es el original, una masa hojaldrada con mantequilla que cortada en forma de triángulo se enrosca sobre si misma. Este croissant, para que sea correcto tiene que quedar crujiente y con sabor a mantequilla.
EL CROISSANT ESPAÑOL
En España la manteca de cerdo ha sido siempre muy usada en la gastronomía tradicional. En el país peninsular se usa sobretodo este ingrediente como grasa, por eso, el sabor del croissant Español no es amantecado pero su textura sí que es sedosa.
Si quieres saber cómo elaborar croissants gourmets, puedes aprender ha hacerlos con uno de los mejores pasteleros de España, Daniel Álvarez, en su curso Bollería Gourmet.