Son dos términos muy habituales en el ámbito coctelero: “coctelería” es de dominio público y “mixología” se utiliza en los círculos especializados, cada vez con más frecuencia. Dos conceptos muy relacionados, que muchas veces se emplean como sinónimos aunque tienen pequeñas diferencias entre sí. O grandes, según se mire. ¿Sabes lo que significa cada una? Te lo explicamos en este artículo.
¿Qué es la coctelería?
La RAE define “coctelería” en su primera acepción como el “Arte de preparar cócteles”. Cualquiera de los cócteles más populares debe cumplir unos estándares de elaboración y ajustarse a una receta concreta que marca cuáles son los ingredientes y en qué cantidades o proporciones se deben mezclar. Todo este proceso debe hacerse de acuerdo con unas técnicas de preparación determinadas y ajustándose a unos patrones prefijados de presentación y decoración. Si se alteran estas reglas, por ejemplo, en la elaboración de un mojito, el resultado sería otro cóctel que debería denominarse de otra forma.
Así pues, podemos definir la coctelería como aquella técnica centrada en la mezcla de bebidas que sigue unas pautas establecidas, con la que se consigue un combinado armónico y homogéneo que presenta unas características distintas a las que ofrecen cada uno de sus elementos constituyentes por separado. El resultado debe ajustarse al modelo que se quiere reproducir, considerando características como el sabor, el color, la temperatura, la textura, así como la forma de servirlo y su presentación.
El especialista en coctelería debe saber distinguir entre la extensa variedad de cócteles, prepararlos con absoluta solvencia, y se encarga de servirlos a sus clientes de forma profesional y diligente. Sus habilidades tras la barra y de atención al público son características de su trabajo. Unas habilidades que el mixólogo, como veremos a continuación, no tiene por qué llegar a desarrollar.
¿Qué es la mixología?
La RAE no recoge todavía esta palabra. Ese vocablo se adapta del inglés, partiendo del verbo “mix”, que significa “mezclar” y se refiere a la habilidad de mezclar bebidas como cócteles. Podríamos definirlo como el arte y la ciencia de mezclar bebidas. El término ya aparecía en el primer libro que se consagró a la coctelería, el clásico “The Bon Vivant’s Companion or How to mix drinks”, escrito en 1862 por el gran pionero neoyorquino Jerry Thomas, volumen ampliado posteriormente bajo el título “The Bartender’s Guide”.
Más allá de desarrollar unas capacidades para combinar bebidas, la mixología se centra en la investigación de los cócteles, analizando sus ingredientes, composición, sabores, aromas, niveles de volumen de alcohol, etc. Por medio de la investigación y de la aplicación de criterios científicos relacionados con la física, la química u otras áreas, su objetivo es la innovación para crear nuevas recetas de coctelería.
La mixología incluye subdisciplinas, como la mixología molecular que trabaja el uso de espumas, geles, gases, nitrógeno líquido, calor, solidificaciones… para elaborar sus innovaciones cocteleras. Una tendencia al alza, aunque no es objeto de este artículo.
En síntesis, como resumen final, la coctelería domina a la perfección las recetas de cócteles más populares – con alcohol o sin este-, las que se sirven en los bares o coctelerías de todo el mundo. Digamos que no está a la búsqueda de nuevas mezclas ni sabores, que no intenta innovar ni experimentar a fondo en los combinados, sino que trata de reproducir con la máxima fidelidad el mejor cóctel posible, ya se trate de un Bloody Mary, un Cuba Libre, un Manhattan o cualquier otro para disfrute y deleite de su clientela.
Por su parte, un mixólogo tiene unos conocimientos profundos y muy depurados del arte de mezclar bebidas: en definitiva, combina sabores, aromas, colores y texturas de forma científicamente rigurosa para crear una preparación única y diferente a todas las demás. Trascendiendo a la propia mezcla, esta va a representar toda una experiencia en sí misma para el cliente y sus cinco sentidos.
Como conclusión a grandes rasgos, podemos quedarnos con la idea de que la coctelería se ocupa de la perfecta ejecución y presentación de ese combinado, mientras que la mixología se encarga de la investigación y creación de nuevos cócteles.
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