Esta es una pregunta cada vez más habitual, conforme vamos incluyendo más y más alimentos deshidratados en nuestra dieta, aprendiendo sobre su versatilidad y disfrutando sus cualidades nutritivas y sápidas. Y nos va entrando el gusanillo de deshidratar nosotros mismos en casa…
El deshidratado es un conjunto de técnicas que requieren práctica, en las que intervienen temperaturas, tiempos, tamaños, texturas… Tiene su aquel. Aquí no te lo vamos a explicar; para eso está el Curso de Cocina con Deshidratados con el chef Máximo Cabrera, para aprender cocina a distancia con los alimentos deshidratados como protagonistas.
Aquí y ahora nos centramos en el deshidratado hecho en casa.
Con un deshidratador
Ya, para decirte esto igual no hacía falta un post. Bueno, era solo por si no sabías que hay cacharros de estos estupendos para uso doméstico. Pasamos a lo siguiente.
Con el horno
El horno de casa nos sirve perfectamente, siempre y cuando podamos mantener una temperatura baja; en general se habla de 45-70 oC (tendrá que ser por debajo si hablamos de raw food) en función del producto. De lo contrario también secaremos los alimentos, pero desvirtuaremos los sabores y nutrientes. Sería muy deseable utilizar un horno de convección (con ventilador), o puede que necesites entreabrir un poquito la puerta.
Usarás la rejilla (o las rejillas, si tienes más) para que el calor circule lo más libremente posible, pero aun así tendrás que hacerte con malla antiadherente o de barbacoa de PTFE (teflón) o de silicona, así como con tapetes silpat o láminas teflex. Así nada se cae ni se pega, masas y pastas incluidas.
Con otros métodos
Todavía quedan muchas otras opciones alternativas:
- Deshidratado tradicional. Si vives en una región soleada, seca y cálida y dispones de bastante espacio, no lo dudes: prueba a desecar tus alimentos de la forma más natural posible, por exposición al calor del sol. Eso sí, protege el producto de insectos y suciedad con un lienzo. Disclaimer: esto lleva su tiempo.
- Deshidratador solar. Inventaco para pasar a otro nivel. En la línea de la cocina solar, captando la radiación y transfiriendo el calor mediante un líquido calotransportador. Existen modelos híbridos eléctricos, pero su gran virtud es precisamente que el sol se encarga. Eso sí, es un cacharro grande y exige cierta inversión.
- Deshidratador casero. Para los devotos del DIY, la versión homemade muy similar en concepto y tamaño al anterior (requiere su espacio) pero más económico todavía y totalmente sostenible (aunque seguramente algo menos eficiente). Encontrarás docenas de modelos en internet, este es un ejemplo.
También te hará falta…
Además, hay algunos otros utensilios que tendrás que tener a mano. Puedes laminar, trocear, pelar o limpiar con un buen cuchillo, y con algunos alimentos tendrás que hacerlo, pero la mandolina será tu mejor aliada para obtener láminas finas y regulares. También te vendría bien un pelador y una espátula de emplatado, aparte de otro utillaje general.
Cuenta con emplear varios paños para limpiar y secar bien los alimentos. Y por supuesto, prepara tarros de vidrio herméticos, bolsas de vacío o cualquier otra forma de conservar tus deshidratados en perfecto estado durante semanas o meses…
¿Te interesan otros cursos en la misma línea?
- Para explorar el horizonte de la conserva de vanguardia, nada como el Curso de Técnicas de Conservación en la Cocina Moderna, con Micha Schäfer.
- ¿Quieres fermentar cosas? Haz el Curso de Introducción a la Fermentación: Kombuchas, Kéfir, Hidromiel y Otros de Robert Ruiz.
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