Esa circunferencia u óvalo que por fuera es marrón y tostado, y cuando lo partes en dos con la mano aparece un mundo blanco, cremoso y con aroma, un gran aroma a leche y a lo que tenga añadido. Al degustarlo, el bocado bien hecho ofrece texturas distintas, las de dentro y las de fuera, y ese sabor a hogar que todos identificamos.
La croqueta es eso, un gusto que nos acompaña desde nuestra más tierna infancia debido a las que nos hacían nuestra abuela o nuestros padres, al crecer compartimos en momentos agradables con nuestros amigos en los bares, y con el tiempo se va diversificando con los nuevos sabores que probamos y las experiencias en los sitios a los que nos gusta acudir para comerlas.
Todo lo anterior sería la respuesta principal al título de este post. Pero hay más. Y hoy, que es el Día Internacional de la Croqueta, vamos a analizarlo.
Día de la croqueta: de dónde viene
El origen de esta celebración se dice que recae en una agencia de comunicación madrileña que realizó una campaña para un restaurante especializado en el plato. Lo que fue una idea comercial caló fácil y rápidamente entre el público croquetero, que es extenso, y a partir de ahí los negocios comenzaron a conmemorar el día de uno de los platos más populares del país.
En cuanto al origen de la croqueta como receta, seguro que ya lo has escuchado: aunque las sentimos muy nuestras en realidad nacieron en Francia. Primero fue Luis Bechamel que creó la famosa salsa sin la que no existiría esta preparación, en el siglo XVIII, y luego se le adjudica a Antoine Carême, cocinero del rey Luis XIV, la creación de una bola de bechamel recubierta de pan rallado a propósito de la visita del duque Nicolás de Rusia.
Día de la croqueta: por qué es una tapa tan popular
Hoy en día la croqueta es un plato que solemos pedir en los lugares a los que vamos a comer o cenar, da igual si es un encuentro familiar, con amigos o en pareja. La solicitamos como plato y también como tapa en la barra, pero ¿por qué es tan popular?
- Por sus texturas: hablamos de esa croqueta perfecta, bien hecha; la que tiene una fritura crujiente, sin restos de aceite porque lo ha absorbido el papel de cocina después de freírla; y que al romperla el empanado ofrece un sonido característico. Luego, por dentro, el contraste, una crema (aunque muchos la prefieren líquida) más espesa o suave según el gusto de cada uno; de sensación melosa, que invade la lengua con todo su sabor, el de la bechamel mezclada con el relleno que hayas decidido ponerle.
- Por sus sabores: si algo caracteriza a la croqueta es que es un plato agradecido. La crema bechamel acepta infinitas combinaciones, lo que hace que los tipos de croquetas sean múltiples. A partir de las clásicas de jamón o de los restos del cocido puedes hacer las que quieras, incluso croquetas dulces. Chema Soler, chef especialista en croquetas y profesor de Scoolinary las prepara de setas, carne y queso trufado, bacalao con piñones e incluso dulces de chocolate o de tarta de queso. Tú decides.
- Porque es un plato perfecto para compartir: tanto si estás en la barra de un bar y la pides como pincho sobre un pan o en ración, como si os sentáis a la mesa y la pedís como entrante, la croqueta se toma con las manos, se moja en la salsa que la acompañe si hay y se come mientras conversas con los tuyos. El mejor sabor para una reunión.
- Por su accesibilidad: aunque existen las croquetas gourmet preparadas con ingredientes que pueden ser más costosos, hablamos de una receta humilde, elaborada con productos de poco precio que lleva a que, por lo general, una ración sea económica. Esto hace que cualquiera tenga acceso a ellas.
- Por lo que genera comerlas: lo que le sucede a Antón Ego cuando prueba el ratatouille en la película es cierto, percibimos a través de nuestros sentidos y esos sentidos nos remiten a nuestros recuerdos. El gusto es uno de los más potentes y esa comida que hemos probado muchas veces de niños, de adultos es probable que nos guste por el momento al que nos remite. En ese sentido, la croqueta es un sabor entrañable como ya dijimos, el del bocado hecho por nuestras abuelas o padres, y comer un sabor así siempre es gratificante.
Son cinco razones pero tú puedes tener otras más. La croqueta es deliciosa, nos encanta comerla y hoy más que es su día.
Chema Soler, además de chef y profesor, fue el creador en su día de La Gastrocroquetería en Madrid, restaurante con el que hizo que la croqueta se popularizara como plato gourmet en la ciudad. En el curso Croquetas te enseña todo lo que tienes que saber de este plato, historia, trucos y unas cuantas recetas de croquetas diferentes con las que sorprenderás a tu familia o invitados en casa. Si te gustan las croquetas no puedes perderte este curso.