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El turrón: su historia y los tipos que existen

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¿Te imaginas una navidad sin turrones? No, no hay Navidad sin turrón. Por lo menos aquí en España y en varios países de Latinoamérica.

Sabemos que la época se aproxima cuando empezamos a ver en las estanterías de los supermercados las cajas de este dulce que, al fin y al cabo, es tan nuestro y nos identifica tanto, que no puede faltar al final de cada comida o cena navideña junto a los mazapanes. Según la Asociación Española de Turrones y Mazapanes, los turrones constituyen el 74 % de los dulces navideños

El origen del turrón

Con el turrón sucede como con otros alimentos o ingredientes: forma parte del legado que los ocho siglos de dominio árabe dejaron en la península.

De este dulce se tiene registro en el tratado «De medicinis et cibis semplicibus», del siglo XI, que menciona el turun y fue escrito por un médico árabe. No obstante, algunas teorías señalan a los italianos como artífices del turrón.

En nuestro país, hay una teoría que sitúa a Cataluña como zona de origen del dulce, aunque la más asentada es la que afirma que los árabes llegaron con la costumbre de mezclar frutos secos con miel a la zona mediterránea de Italia y España, especialmente en la costa mediterránea.

Ya en el siglo XV, en la época de Carlos V, era un dulce consumido, asentado en la zona de Alicante (Jijona y Alicante ciudad), donde se fabrican los dos tipos de turrones más conocidos y constituyen un motor económico importante.

turron de alicante

Una bonita leyenda cuenta que un rey contrajo matrimonio con una princesa de origen escandinavo. Al venir a vivir a unas tierras más cálidas, la nueva reina extrañaba el frío paisaje de su país, pleno de nieve casi todo el tiempo. El rey, buscando como aliviar la tristeza de su amor, optó por plantar en todos sus territorios y alrededor del castillo almendros con el fin de que cuando florecieran el paisaje que viera la reina fuese blanco como el de su tierra. A partir de allí los habitantes de Jijona sacaron provecho del fruto de estos árboles y surgieron el turrón y otras preparaciones.

En Castuera, Badajoz, también ha existido una tradición turronera menos famosa que la alicantina, donde se sitúa el Museo del Turrón.

Lo cierto es que esa preparación de miel, almendras, clara de huevo y azúcar (esta última se añadió después con la popularización de su consumo)  se fue haciendo conocida con el paso del tiempo.

Ya en el siglo XVI era costumbre entre las clases más pudientes consumir turrón en Navidad ya que ellas eran quienes tenían acceso al coste que suponía su fabricación, además de que la Iglesia católica, que ejercía un férreo control, lo reservaba para la ocasión más especial del año. De ahí pasó con el tiempo al resto de la sociedad. 

Con la expansión del reino a América también se llevaron desde aquí unas cuantas tradiciones gastronómicas, una de ellas el consumo de turrón en diciembre.

Tipos de turrón

Son dos los turrones que tienen indicación geográfica protegida IGP: el de Jijona, llamado turrón blando; y el de Alicante, nombrado turrón duro. El primero es amarillo tostado y de textura suave, el segundo es el más conocido, blanco, con las almendras expuestas y de textura no apta para encías delicadas.

turrones

A partir de los dos anteriores, existen muchísimas clases de turrones, cada uno con su público. Estos son los más populares:

  • Turrón de yema: surgió en Cataluña, como opción para aprovechar las yemas sobrantes de las claras empleadas para los demás turrones. Es uno de los más consumidos.
  • Turrón de guirlache: hecho con almendra, azúcar, ajonjolí y caramelo solidificado, lo trajeron los franceses en el siglo XIX.
  • Turrón de chocolate: al chocolate pocos se le resisten y por eso este turrón es uno de los más demandados. Se presenta tanto en chocolate negro como blanco o con leche.
  • Turrón de calabaza: apto para celíacos, es ligero y es una de las opciones más sanas de este tipo de dulce.

Aunque es cierto que su aporte calórico es alto, las almendras y el huevo hacen que el turrón tenga un gran valor nutritivo de proteína y fibra, ácidos grasos esenciales y vitaminas A, E, B1 y B2.

Pero, sobre todo, el mayor valor del turrón es el de transportarnos a una época, a momentos gratificantes con los nuestros, a hogar. Si este año quieres hacer tu propio turrón en casa, en Scoolinary te enseñamos cómo. En el curso Turrones: clásicos y modernos, el repostero David Gil te enseña todo lo que necesitas saber para elaborar un turrón delicioso para tus fiestas.

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