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Historia del Crumble, origen y distintas preparaciones

El Crumble es un dulce tradicional de Reino Unido, que se puede preparar de diferentes formas. Una especie de pastel de frutas templado perfecto para el otoño/invierno. Su popularidad se ha extendido por otras latitudes, también en España. Hoy en día forma parte de la carta de muchos restaurantes y cafés.
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Este postre rústico se compone de dos partes bien diferenciadas: una base dulce, blanda y melosa de frutas frescas cocidas cubierta por una cobertura crujiente similar a una galleta arenosa. Todo junto origina un cruce de sabores, texturas y temperaturas de lo más sugerente.

Literalmente, la palabra “crumble” significa desmigar, desmenuzar. Esto se debe a que el crujiente que recubre el relleno se consigue mezclando azúcar, harina y mantequilla que dan forma a esa estructura desmenuzada que recuerda a unas migas.

¿Cómo surgió el Crumble?

La tarta Crumble surgió durante el periodo de racionamiento que se produjo en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial. La escasez de alimentos fue un acicate para crear alternativas de alimentación más económicas e idear uno de los postres más deliciosos que se conocen.

Uno de los objetivos era rescatar todo el excedente de fruta madura y conseguir hacerlo comestible.

Por otra parte, la cobertura de harina y mantequilla resultaba económica frente a otros ingredientes pasteleros. Además, preparar una tarta requería grandes cantidades de harina, azúcar, etc., que no eran asumibles en aquel momento de precariedad. Así, con el invento del Crumble, las gentes de la época consiguieron preparar una deliciosa tarta economizando la cantidad de cada ingrediente. Consumían mucha menos harina, azúcar y mantequilla, ya que solo se cubría la parte superior.

Preparación tradicional del Crumble

La preparación tradicional es la de manzana. Nuestro chef Josep Armenteros la cocina también con ruibarbo.  

Primero, debes pelar la parte exterior del ruibarbo, una verdura de aspecto parecido al apio, muy ácido, pero con brillantes colores verde y rojo. El objetivo es quitar la parte que tiene más fibra. Así conseguiremos evitar los filamentos que no van a quedar fundidos en nuestra tarta y van a ser un estorbo. Después, cortas el ruibarbo a daditos.

Por otro lado, pelar y despepitar la manzana. Después, cortarla al mismo tamaño que el ruibarbo para proporcionarle el contraste y conseguir una textura de compota. Se puede utilizar cualquier tipo de manzana. La proporción aproximada es una parte de manzana por cuatro partes de ruibarbo.

Se añade azúcar, mantequilla y maicena para que nos aporte textura y la tarta quede más compacta. Todo el conjunto se lleva a cocción de 20 a 25 minutos. De esta forma, ya estará listo el relleno, que queda meloso y con el punto ácido que aporta el ruibarbo.

Se reparte bien el relleno por una cazuela y se prepara la parte de arriba, el crumble propiamente dicho.

Para ello, se mezcla mantequilla, azúcar y harina hasta conseguir una masa arenosa.  Una vez tengamos el sobre, lo colocamos encima del relleno con ruibarbo en la cazuela o recipiente. Cubrimos toda la tarta y pasa a la cocción en el horno durante 35 minutos a 180 grados.

Abajo debe quedar una textura de compota y arriba una capa crujiente de galleta, esta es la combinación de texturas perfecta para el Crumble.

Para degustarlo, el Crumble se suele acompañar con una crema montada, una chantilly, un sabayón, una ganache suave, un yogur ácido, un helado, etc., que nos aporte el toque cremoso y el contraste frío/caliente.  

Otras versiones del Crumble

El Crumble más famoso es el de manzana. Sin embargo, este postre admite tantas variaciones como se te ocurran: de melocotón, de albaricoque, manzana, pera, ciruelas, cereza, frambuesa, uvas, cualquier futa de temporada, o bien de boniato, etc.

Todo esto si nos ceñimos a variaciones dulces, porque también existe el Crumble de verduras. De acuerdo con la filosofía original del Crumble, es una opción perfecta para aprovechar los restos de verduras e ir variando en cada estación del año.

Normalmente las versiones saladas incluyen carne, verduras y salsa para el relleno. El queso sustituye al azúcar en estas preparaciones saladas.

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