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Paso a paso para hacer tu propia leche de almendras

¿Quieres aprender a preparar leche de almendras casera? Es muy sencillo. Conseguirás una bebida sana, con muchas posibilidades, de sabor agradable y fácil digestión.

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Las leches vegetales son alternativas a la leche de vaca, etc., ricas en nutrientes y perfectas para una dieta equilibrada. Representan una tendencia cada vez más extendida, sobre todo entre los amantes de la cocina vegetal y saludable.

En concreto, la leche de almendras tiene una textura muy atractiva, de consistencia similar a la leche de vaca. Es un alimento libre de gluten y lactosa, que destaca por su contenido en vitaminas (especialmente vitamina E), antioxidantes y minerales como el calcio y el potasio.

Entre otros beneficios saludables de la leche de almendras, destacan los siguientes:

  • Bajo contenido calórico, por lo que resulta útil en dietas de adelgazamiento.
  • Fortalece el corazón.
  • Favorece la digestión y es adecuada para personas con gastritis, ya que regula la función gástrica.
  • Mejora los niveles de colesterol.
  • Facilita la absorción de azúcares y grasas en los intestinos.
  • Contribuye a la correcta hidratación de tu organismo y al desarrollo de hábitos de vida sanos.
  • Es apta para personas veganas y con intolerancia a la lactosa.
  • Fortalece el pelo y las uñas gracias a su contenido en vitamina B2.

Receta para elaborar la mejor leche de almendras

Ingredientes para preparar 1 litro

  • 150 g de almendras crudas (peladas o sin pelar, a gusto del consumidor)
  • 800 ml de agua fría
  • Azúcar o edulcorante (opcional)

Paso a paso

  1. Pon las almendras a remojar durante un mínimo de 8 horas, mucho mejor si las mantienes así un día completo. Procura que queden absolutamente cubiertas. Consérvalas en la nevera y renueva el agua cada 8 horas.
  2. Una vez completado el proceso de remojo, pon las almendras en un escurridor, enjuágalas con agua para limpiarlas y déjalas escurrir.
  3. Tritura las almendras, utilizando un robot, una batidora de vaso o de mano. Añade agua y déjalas triturar a fondo.
  4. Cuando presente un aspecto blanco y consistente, cuela la mezcla. Deja que salga todo el líquido y pon el líquido en una botella en la nevera.
  5. Añade azúcar o el edulcorante que prefieras.

Preparar tu propia leche de almendras no te llevará más de 20 minutos. Tiene la ventaja de que sabes exactamente qué estás consumiendo y todos los ingredientes que contiene la mezcla. Además, tienes el control sobre la cantidad de miel, azúcar o edulcorante que le quieras añadir, si es que quieres hacerlo.

Aunque no es una receta que permita muchas variaciones, sí puedes actuar sobre ella modificando la cantidad de agua para cambiar su densidad y adecuarla a tus gustos. Una vez lista, también puedes añadirle cacao en polvo, canela, extracto de vainilla, etc.

Un truco para aprovechar la pulpa de las almendras

Para redondear una receta sostenible, lo mejor es no desperdiciar nada. Y es que la pulpa de las almendras puede resultarnos muy útil para sustituir a la harina en nuestras recetas de pastelería y repostería. Por ejemplo, en bizcochos, madalenas, bases para tartas, trufas de chocolate, trufas de cacao, bolitas de avellana, etc.

También puede resultar deliciosa en tus batidos o smoothies, para proporcionarles un toque de sabor y textura.

Cómo consumir la leche de almendras

Por supuesto, la leche de almendras puede tomarse para desayunar o merendar, pero admite muchas posibilidades. Puedes consumirla con el café, con cacao o preparar con ella un chocolate vegano, o cualquier tipo de batido (de fresas, plátano, aguacate , mango…) que harías con leche de vaca.

Precisamente, igual que hacemos con la leche de vaca, podemos incorpórala de forma natural a diferentes preparaciones. Por ejemplo, en la elaboración de salsas (salsa de cebolla, de pimienta), para elaborar una bechamel vegana, patés vegetales, arroz con leche, etc.

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