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Salsa Alfredo, un éxito del siglo XX

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La salsa Alfredo es una conocida salsa italiana bastante sencilla de preparar.

Su historia es curiosa. Muchos piensan que esta salsa es original de Estados Unidos, por la gran popularidad que tienen allí los fetuccini Alfredo o fetuccini all’Alfredo. Sin embargo, la realidad es más simple: se inventaron, cómo no, en Roma.

Historia de la salsa Alfredo

Alfredo di Lelio fue un inquieto cocinero italiano que, en 1908, trabajaba en la trattoria que su madre tenía en Roma. Alfredo andaba preocupado por la delicada salud y la falta de apetito de su esposa Inés, que estaba embarazada.

Por eso, quiso prepararle un plato nutritivo, así que preparó unos fetuccini de sémola que completó con una salsa de mantequilla y abundante queso Parmigiano. Tanto le gustaron a la mujer que sugirió que se añadieran a la carta del restaurante.

De esta forma, este plato y su contundente salsa se hicieron su hueco y el negocio creció.

Di Lelio abrió en 1914 su restaurante Alfredo alla Scrofa. Unos años después, en 1927, Mary Pickford y Douglas Fairbanks, dos grandes estrellas estadounidenses de cine mudo que celebraban su luna de miel en Roma, quedaron fascinados con el exquisito sabor del plato.  

En agradecimiento, regalaron a Alfredo un tenedor y un cuchillo de oro macizo que llevaban la inscripción “To Alfredo, the King of the noodles”, algo así como “Para Alfredo, el rey de los fetuccini”.

Il Vero Alfredo, rechace imitaciones

Pickford y Fairbanks impulsaron este plato hacia la fama, pero fueron solo las primeras de una larga lista de celebridades que no se resistieron a sus excelencias.

Posteriormente, John F. Kennedy, su hermano Robert, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Alfred Hitchcock, Ava Gardner, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Ringo Starr, Pelé, Aristóteles Onassis, el rey Juan Carlos de España y su familia, entre muchos otros famosos, pasaron por este negocio en sus diferentes etapas y degustaron los famosos fetuccini.

Alfredo vendió su restaurante y se retiró en la década de 1940. Sin embargo, en 1950 inauguró otro establecimiento con gran éxito junto a su hijo Armando, bajo el nombre “Il Vero Alfredo – Alfredo di Roma” en Piazza Augusto Imperatore, en Roma, donde sigue abierto.

La siguiente generación internacionalizó el negocio y lo llevó hasta Nueva York, donde este plato hizo furor entre el público italoestadounidense y es casi más famoso que en Italia.

Hoy en día este restaurante sigue siendo un referente de la gastronomía italiana. Cuenta con una franquicia de restaurantes en países como Estados Unidos, México, Brasil y Chile.  

Hay que decir que la familia vendió el antiguo restaurante Alfredo alla Scrofa y que sus nuevos propietarios conservaron el nombre y el menú. Por este motivo hay dos restaurantes en Roma con este nombre que consideran suya la receta y hacen suya su historia.

Algo que puede llegar a ser todo un dilema para el turista gastronómico: ¿visitar el negocio familiar que inició Alfredo o comer en el restaurante original donde, a su vez, comieron aquellas estrellas del cine mudo?

La salsa Alfredo solo tiene dos ingredientes, ¡no confundir con otras!

Conviene no confundir esta salsa con otras bastante difundidas en Sudamérica y Estados Unidos, a las que también se denomina salsa Alfredo, pero que son, en realidad, imitaciones más o menos afortunadas y derivaciones de la receta original. Estas incorporan crema de leche, jamón troceado, perejil y otros elementos, por lo que se asemejan más a una carbonara.

Así pues, quede claro que la salsa Alfredo original, tal y como la preparó Di Lelio para su mujer, contiene solo dos ingredientes: mantequilla y una gran cantidad de queso Parmigiano Reggiano rallado.

¿Cuál es el queso Parmigiano Reggiano?

Este es un famoso queso italiano duro y seco, de textura granular, con su propia denominación de origen. Hay constancia escrita de su existencia en obras literarias clásicas como el Decamerón de Boccacio (1349-1351). Se produce en las áreas de Bolonia, Reggio Emilia, Mantua, Módena y Parma.

Sus orígenes se remontan a la Edad Media. Según la leyenda, se elaboró por primera vez en Bibbiano, una ciudad de la provincia de Reggio Emilia y bajo la diócesis de Parma. Por eso fue bautizado con ese nombre.

Otras teorías afirman que su origen se remonta a la época de la Antigua Roma.

Es un queso añejo con una maduración mínima de entre 12 y 36 meses.

Los fetuccini Alfredo, ¡toda una leyenda!

Como hemos visto, el restaurante “Il Vero Alfredo – Alfredo di Roma”, es el heredero directo de aquella célebre receta.

Actualmente, su plato de fetuccini Alfredo conserva su fama intacta y es el gran atractivo de sus visitantes. En parte por su exquisito sabor y, en parte, por su particular servicio, que es todo un espectáculo.

En este establecimiento, primero se sirve la pasta fetuccini fresca y cocida en la mesa, la untan con un poco mantequilla y los mismos camareros le ponen el queso Parmigiano y lo van cremando en la misma mesa a la vista de los clientes.

No obstante, no hace falta ser tan estrictos. También puedes preparar la salsa por un lado y la pasta por otro para después juntarlas en la sartén y darle el acabado.

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