El título de este post podría resumirse en una frase: porque nuestra cocina ha evolucionado en los últimos 40 años como ninguna otra. Pero hay más, unas cuantas razones más para explicar el porqué de este boom.
A las empanadas argentinas las conocemos desde hace tiempo, aunque en los últimos años se han puesto de moda en España. Proliferan los lugares especializados en su venta, forman parte de muchas cartas en bares que no son del país latinoamericano o las hacemos en nuestras casas con masa lista.
Ya lo explica el chef y profesor de Scoolinary Julio Fernández en una de sus lecciones, Andalucía como región presenta unas características históricas y climatológicas especiales, lo que ha influido a lo largo de los años en su gastronomía. La primera fue el dominio árabe durante ocho siglos en la península y en la zona especialmente.
Que la preocupación por nuestra alimentación está cada vez más presente es un hecho. No solo por nuestra alimentación, sino por lo que comemos y cómo impacta esto en el planeta que habitamos.
Da igual la cocina sofisticada que podamos probar y que de verdad nos guste, hay ciertos placeres para el paladar que son tan sencillos como irresistibles: un trago de cerveza bien fría en verano, el umami de una loncha de jamón de jabugo bien cortada, el gusto a hogar de una tortilla.
Lo admitimos, pretender hacer una lista de platos de la cocina mediterránea en un post puede ser una empresa temeraria. El espacio es limitado, y nombrar todas las preparaciones que pueden incluirse en esta, nuestra deliciosa cocina, sería una lista muy, muy larga.
Sería una injusticia no poder disfrutar de algo tan delicioso como el hojaldre. Esa masa delgada y crujiente, que se rompe al morderla y encierra miles de sabores porque puede ser salada o dulce.